En 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció, con la instauración del 3 de mayo como Día Mundial de la Libertad de Prensa, que una prensa libre, pluralista e independiente es esencial en una sociedad democrática.
La UNESCO conmemora anualmente la fecha rindiendo tributo a quienes en el ejercicio del periodismo arriesgan su vida. Este año, bajo el lema “Periodismo bajo asedio digital”, organiza un foro con sede en Punta del Este, durante la primera semana de mayo.
Tradicionalmente la libertad de prensa buscaba proteger a imprenteros y editores contra las restricciones que les imponían los regímenes autoritarios (monarquías absolutas, dictaduras…).
Con los años se avanzó en la consideración de otros derechos ligados a la comunicación: la libertad de expresión, individual y de minorías, grupos discriminados, voces silenciadas, el derecho social a la información, el interés del público, la ética en la información, su calidad (fuentes confiables, chequeadas) y la democratización de la comunicación.
Sin lugar a dudas analizar la libertad de expresión con perspectiva de género posibilita observar situaciones de opresión e invisibilización que afecta a mujeres, activistas, feministas, comunidad LGBTIQ+, y contenidos relacionados a temas como aborto seguro, igualdad de género, matrimonio igualitario, etcétera.
Si bien hubo avances en el reconocimiento formal del derecho de las mujeres a la libertad de expresión en condiciones de igualdad y no discriminación, aún existen obstáculos estructurales y prácticas discriminatorias que las excluyen del debate público y les impiden ejercer en iguales condiciones que los hombres su derecho a expresar públicamente sus ideas y opiniones y recibir información.
Además de ser objeto de las violaciones a los derechos humanos que afectan a los periodistas en general, las mujeres periodistas y personas del colectivo LGTTQI+ se enfrentan a las violencias por razones de género en el lugar de trabajo y durante las coberturas.
Existe también un problema ligado a la prensa comercial. La mercantilización de la información y de las audiencias degrada todo criterio comunicacional, periodístico y democrático. La competencia en el mercado hace inevitable la concentración, los oligopolios, la falta de pluralidad y de voces locales y regionales, la postergación de medios pequeños y medianos, comunitarios, cooperativos, ligados a organizaciones sociales… Sin todos ellos no hay libertad de prensa. La aparición de los multimedios, y su transnacionalización, aceleró este proceso. Los estados no fomentan la pluralidad, no se democratiza la pauta oficial, se privilegia a los grandes multimedios transnacionales.
Quienes conducimos el Sindicato de Prensa Bonaerense procuramos que el derecho humano y social a la libre expresión esté garantizado para quienes realizamos tareas en los medios de comunicación.
Lamentablemente, estamos expuestes a distintas formas y grados de violencia, censura y persecución.
Sin condiciones de trabajo dignas, con salarios de pobreza, con precariedad laboral y con multiempleo no hay libertad de expresión ni se puede garantizar el derecho de la sociedad a la información.
#WorldPressFreedomDay #DíaMundialdelaLibertaddePrensa